Todo comienza a finales de año
con la Navidad, una época en la que
los sueños de los más peques se vuelven realidad. Pero no es hasta el día de la
cabalgata de reyes (5 de enero) cuando
todo cobra sentido, los niños corren pronto a la cama sabiendo que al día
siguiente les estarán esperando montañas de regalos, e incluso un poco de
carbón para los que han sido más traviesos.
Desfiles, actuaciones, disfraces,
máscaras, comida y bebida no falta nunca en Carnaval. Durante esta semana ya no son solo los más pequeños
quienes desbordan ilusión, sino que los más mayores salen a la calle a darlo
todo con sus disfraces más extravagantes. De finales de febrero a principios de marzo, Cádiz desborda humor y
sátira, Santa Cruz de Tenerife le da su toque caribeño y Las Palmas de Gran
Canaria destacan por su cantidad de drag queens
y espectáculos llamativos.
Continuando con los desfiles, a mediados de marzo se celebran Las Fallas de Valencia. Bandas de
música, fiestas en la calle y juergas acompañan a las gigantescas caricaturas
de papel maché (ninots) que
representan todo tipo de figuras y que terminan siendo calcinadas en las calles.
Una festividad vestida de gala incluida en la lista del Patrimonio Mundial Inmaterial
de la UNESCO.
Nazarenos vestidos con trajes de
colores y coronados con los capirotes puntiagudos marchan al son de la
procesión de Semana Santa, desde el
Viernes de Dolores hasta el Domingo de Resurrección. Durante esa semana de
abril, el país se llena de devoción, destacando las celebraciones de
Sevilla y Málaga por sus estructuras de madera (sobre las que descansan las
imágenes religiosas), y Zamora por su carácter medieval.
Andaluces, andaluzas y turistas
se visten con los trajes tradicionales de la Feria de Abril de Sevilla cada año. Desfiles, carruajes, jinetes,
caballos y carpas decoradas con motivos tradicionales se apoderan de la capital
andaluza cada primavera.
Llegado mayo, del día 11 al 15
de ese mes, muchos madrileños conmemoran la canonización de 1622 del santo patrón
(San Isidro) en el centro de la
ciudad y Carabanchel. Vestidos con trajes del siglo XIX, salen a los bares, a las
calles y disfrutan de actuaciones y desfiles con motivo más cultural que
religioso.
Cientos de hogueras en playas de
todo el país se encienden el 23 de junio,
la Noche de San Juan, para celebrar
el fin de la primavera y la llegada del verano. En Málaga aprovechan las
hogueras para asar espetos y sardinas, en Galicia se comparte una queimada junto
al mar, y en Alicante se construyen figuras gigantes similares a las Fallas de
Valencia.
Cada 25 de julio se celebra en Santiago de Compostela la festividad de Santiago Apóstol,
declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO. Trajes regionales, música, bailes
folclóricos, conciertos y exposiciones inundan las calles de Santiago desde el
24 al 31 de julio, cuyo punto culminante es el movimiento de una enorme hornilla de
incienso (botafumeiro).
Y el último miércoles de agosto, miles de personas se arrojan toneladas
de tomates. La Tomatina se originó
en 1945 y es famosa por dejar teñidas de rojo calles, plazas y la vestimenta de
los asistentes.
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